El próximo 8 de marzo se cumplen doscientos años de la bendición por el arzobispo de Zaragoza Manuel Vicente Martínez Jiménez de las imágenes de Jesús camino del Calvario, el Ecce Homo y Jesús atado a la columna, esculpidas por el escultor alcañizano Tomás Llovet Pérez. Con este motivo queremos dar a conocer algunos datos sobre vida y la de su familia, que perteneció a la desaparecida parroquia de Santiago, situada en la calle de su nombre, suprimida en 1902 y cuyo nombre pasó a la antigua iglesia de san Ildefonso.
En el Archivo Diocesano de Zaragoza (ADZ), entre los expedientes de secularización de religiosos producidos durante el trienio liberal (1820-1823), se encuentra (en la caja 4, nº 3) el de su hermano fray Felipe Llovet Pérez, carmelita calzado del convento del Carmen de su ciudad natal. La solicitó el 8 de junio de 1821 por tener que cuidar de su madre, viuda, nacida en Alcañiz en 1745 según su partida de bautismo. Se le concedió el 23 de noviembre y quedó adscrito a Torrecilla de Alcañiz. Felipe había nacido en 1782, según la certificación unida al expediente. En él se incluye el certificado concedido por el Jefe Político de Aragón, Francisco Moreda. Declaró a su favor el arquitecto Antonio Vicente, natural de Alcañiz y vecino de Zaragoza, residente en la calle de Santiago, número 51 (sobre él, v. MARTÍNEZ VERÓN, Jesús: Arquitectos en Aragón: Diccionario histórico, Zaragoza, 2001 t. IV, p. 464). Murió el 7 de abril de abril de 1846 a las cuatro de la mañana, de gastro-hepatitis crónica; le había confesado un exclaustrado, Mariano Moreno. El regente de la parroquia, Mariano Viñao le hizo “cargo al enfermo sobre la seguridad de conciencia que pudiera tener acerca de su secularización y en virtud de las reflexiones que le inspiré y de que se hizo cargo protestó en presencia de su hermano Dn. Tomás Llovet y de dos testigos más que daba por nula sus secularización y que estaba pronto a solicitar nuevamente el ingreso en la religión si llegase el tiempo de restituirse las comunidades religiosas en España”, y con estas disposiciones se volvió a confesar. No testó pero dejó una nota escrita a su hermano “para que como fideicomisario confidencialmente nombrado” distribuyese sus bienes en la forma que le ordenaba. Pidió ser enterrado con el hábito carmelita. Fue enterrado en el cementerio al día siguiente (ADZ. Parroquia de Santiago, Defunciones y Matrimonios 1745-1846, f. 233v).
La esposa de Tomás Llovet, María Guitarte, falleció el 7 de noviembre de 1832, con sesenta años cumplidos; tenia hecho testamento de hermandad, en vida, mediante cédula cerrada que recibió el escribano de Alcañiz Francisco Lopez. Dejó cuatro hijas: Manuela, Catalina, Petra y Maria Dolores, que seguían viviendo en 1848. El funeral se hizo al día siguiente, con dos actos, en su parroquia de Santiago, y fue sepultada en el camposanto (Ibídem, difuntos, folio 8v, desde 1826; con anterioridad hay otra foliación).
En el mismo volumen figura el matrimonio de las hijas.
Tomás Llovet falleció el 14 de noviembre de 1848, de fiebre senil, a los 78 años, habiendo recibido los últimos sacramentos, administrados por el párroco, Saturnino Naya. Se le hizo el funeral a tres actos el día 16 en la iglesia y fue enterrado en el cementerio del Hospital de Nª Sª de Gracia. Había otorgado testamento ante el notario Juan Antonio Vidal. Se da la circunstancia que la defunción aparece registrada dos veces en los libros parroquiales de Santiago: en el t. 3 y 4 de matrimonios y difuntos (1846-1871), en el f. 182, pone como fecha el 14 de octubre y la partida la firman el párroco y el regente, Eugenio Morlanes; y en un breve registro, sin numerar, en el que se registraron los confirmados de 1846, los matrimonios de 1846-1850 y los difuntos de 1846-1851 en el folio 37v aparece solo la firma del párroco, con la fecha de 14 de noviembre, que parece la correcta, porque en ambos casos aparece a continuación de una difunta fallecida el 12 de noviembre, siendo la defunción de Tomás Llovet la última producida en 1848.
Para saber más: RINCÓN GARCÍA, W.: Un siglo de escultura en Zaragoza (1808-1908), Zaragoza, 1984, pp. 39-57, donde da noticia de las partidas de defunción del escultor (solo una de ellas), la de su hijo Faustino (en 1814, ocurrida en la parroquia de san Felipe), su hermano y de su esposa. Cuando se publicó el libro se encontraban los registros en la parroquia de San Felipe (tomo 7 de difuntos, f. 138, a continuación de la defunción de la condesa de Bureta, Mª Consolación Azlor) y de Santiago el Mayor y ahora se pueden consultar en el Archivo Diocesano.
Juan Ramón Royo García
Director del Archivo Diocesano de Zaragoza